El algodón de azúcar (también llamado nube o nube de algodón) es una golosina muy popular en todo el mundo, formada por hilos de azúcar derretido enredados alrededor de un palo o cono.
Se prepara usando una máquina especial y se vende normalmente en ferias y otros eventos festivos. El color característico de la golosina es el rosa, aunque también es popular una mezcla de rosa, púrpura y azul.
Al tacto, el algodón de azúcar es suave y muy similar al algodón (de ahí su nombre) cuando está seco, sin embargo se disuelve con facilidad en la boca y deja pegajosas las manos y la cara a su contacto. No posee un aroma característico, sin embargo es normal que las máquinas utilizadas para fabricarlo tengan un fuerte olor a caramelo o azúcar cocinado. Muchas personas consideran que esta golosina, en conjunto con las manzanas caramelizadas, forman parte de la genuina experiencia de visitar una feria. También es un dulce muy popular en espectáculos circenses.
La base de lo que hoy conocemos como algodón de azúcar nació hacia el año 1400 en Italia donde los cocineros solían calentar azúcar hasta hacerla líquida y luego, con un tenedor o un utensilio similar, formaban largos hilos flexibles que después enredaban y los usaban como decoración de otros postres a base de chocolate o crema. Sin embargo este tipo de preparación consumía mucho tiempo y se tornaba demasiado caro por lo que nunca se tornó popular.
En 1897 los fabricantes de caramelos William Morrison y John C. Wharton crearon una máquina capaz de formar con el azúcar líquido finos hilos de manera automática, haciendo pasar azúcar líquido mezclado con colorantes por un tejido para formar las hebras. El invento fue primero presentado en la Feria Mundial de Francia de 1900 con el nombre de Fairy Floss (Seda de hadas), y luego en la Feria Mundial de Saint Louis, Estados Unidos de 1904 a un valor de 25 centavos de dólar la porción (un precio excesivo para la época, pero que no evitó que se convirtiera en un éxito).
Más tarde las tiendas de golosinas comenzaron a comprar las máquinas, ofreciendo el producto por un precio inferior y con el nombre de sugar spun(hilado de azúcar). Sin embargo las máquinas se tornaban frágiles, por lo que el producto no se convertiría aún en el éxito masivo que es hoy.
Hacia 1940, otra empresa, Gold Medal Products, creó otro modelo en base al mismo principio, haciendo máquinas más sólidas y formadas por piezas metálicas más resistentes y menos proclives a fallos. De esta manera la golosina se terminó de consolidar entre la gente al bajar el precio final para el consumidor.
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