en la época de la globalización y de la informatización, en Croacia no se ha olvidado la antigua y simpática costumbre de mostrar cariño y pasión con un corazón "licitar" en la fiesta de San Valentín.
Se trata de una especie de bizcocho en forma de corazón pintado en vivos colores que se regala el Día de los Enamorados, pero también en ocasiones especiales.
El bizcocho se hacía antes con un cierto tipo de pan de jengibre y miel para degustarlo, aunque hoy sirve casi exclusivamente como un recuerdo decorativo.
A menudo lleva escrito encima una frase de amor y muchas veces tiene pegado en el centro un pequeño espejo o un papel con versos de alguna canción popular, de un poeta conocido o bien temas escritos por quien hace el regalo.
"Tradicionalmente, el muchacho regalaba a su amada como símbolo de amor y fidelidad un corazón 'licitar'", explicó a Efe Nina Jecic, arqueóloga y amante de la etnología, que desde hace diez años tiene en Zagreb una manufactura de estos objetos.
El corazón "licitar" se pinta tradicionalmente de un vivo color rojo, se adorna con viñetas y en su centro se coloca a menudo un diminuto espejo.
"¿Por qué el espejo?, ¿Por qué se ve el muchacho al entregarle el 'licitar'?, preguntaba a su novia. Te regalo mi corazón, mira quién está dentro. Y ella, al mirarlo, se veía a si misma", explica Nina.
La tradición se preserva sobre todo en Croacia del norte. Ninguna feria, fiesta religiosa y, especialmente, ningún San Valentín puede disfrutarse sin los estantes llenos de corazones "licitar".
Pueden ser regalados a amigos y parientes en ocasiones especiales y decoran muchas cocinas, cunas de niños y dormitorios croatas.
Los "licitar" son también adornos tradicionales de los arbolitos de Navidad o se hacen en forma de cruz y huevos pintados como decoraciones de Pascua.
Aunque su forma más conocida es la de los corazones, también se elaboran galletas decorativas de caballitos, hongos, angelitos, pinos, flores, estrellas, herraduras y otras figuras de distintos tamaños.
Sin embargo, hoy esos pequeños corazones son algo típico de Croacia que pueden comprarse en tiendas de recuerdos e incluso en los aeropuertos y gasolineras.
El pasado noviembre la tradicional manufactura de los "licitar" croatas, que data de la Edad Media, fue incluida en la lista de la UNESCO del Patrimonio inmaterial de la Humanidad en Europa.
Nina Jecic dejó un trabajo administrativo estatal, seguro pero poco imaginativo, para dedicarse a producir "licitar" y asegura que ahora, junto con las tres trabajadoras que emplea, disfruta realmente de este trabajo.
"Todo lo que hacemos es comestible, ya que el 'licitar' es una especie de pastel", dice. Su pasta se hace a mano con harina, agua, azúcar y una levadura especial en polvo y con los moldes se sacan diversas formas.
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